Bárbara, hermosa princesa, fue encarcelada en una torre por su padre Dióscoro para que ningún hombre pudiera contemplar su belleza. Durante retiro, en contra de los dioses paganos y de su padre, se convirtió al cristianismo. Dióscoro, al enterarse, intentó matarla y Bárbara se refugió en un peñasco, pero su escondite fue delatado por un pastor. Su padre la capturó y la entregó a las autoridades.
Bárbara al no arrepentirse de su bautismo, fue azotada, mutilada y, finalmente degollada por su propio padre. La justicia divina provocó que, tras la pasión y muerte de Santa Bárbara, un rayo alcanzara a Dióscoro, dándole muerte.
Antaño la ermita albergaba en su interior el retablo dedicado a la santa. Esta tabla gótica de extraordinaria belleza, datada a comienzos del siglo XV, representa escenas de la vida y pasión de Santa Bárbara de Nicomedia. En la iglesia del pueblo existe una trasparencia, a tamaño real, de este retablo que en la actualidad se encuentra en el Museu Nacional d’Art de Catalunya donde puede ser contemplado.
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